—Abuelo…¿Existen los monstruos? —preguntó el pequeño niño mientras pescaban a primera hora de la mañana.
—No —contestó mirándole con ojos reconfortantes—. Los monstruos sólo existen en los cuentos.
—¿Pero estás seguro? —repitió el asustadizo crío.
—Si. —Le arropó con el brazo—. Están en los cuentos de la abuela, para que te portes bien. —El pequeño le miró extrañado—. No vendrá el Coco y te comerá.
El abuelo le guiñó el ojo con complicidad, y se sintió aliviado al ver como los miedos se desvanecían del pequeño. Le encantaban los cuentos, pero su mujer sólo se sabía historias repletas de monstruos, héroes y princesas. El bien siempre triunfaba, o al menos eso le decían; sin embargo las criaturas volvían siempre para atormentarle en sus sueños.
El abuelo observó con satisfacción como el crío se relajaba y continuaba disfrutando de la mañana de pesca juntos.
Vaya final mas dramatico alfonso!!
Es la magia del twist final 😉